El programa foliar forma parte de un exhaustivo programa cuyo objetivo final es el de incrementar la salud de la planta, y como resultado, una cosecha de mejor calidad y más abundante.
En el año 1988, recibimos un llamado de Joe Wipf, desde Dakota del Sur. Al otro lado del teléfono se escuchaba una voz llena de entusiasmo, casi bordeando la histeria: “¡Nos encontramos en medio de la mayor sequía que me ha tocado vivir y jamás había visto semejante contraste entre mis campos de maíz y los campos vecinos! ¡Debes venir a verlo con tus propios ojos!” Al otro lado del teléfono estaba Wendell Owens, quién había trabajado con Joe durante los últimos dos años, como asesor de fertilizantes. Ese mismo día se subió a su camioneta y condujo hasta Dakota del Sur… lo que vio fue verdaderamente sorprendente.
Lo primero que Wendell notó fue el enorme contraste de color entre un campo y los demás. El maíz de los campos de Joe estaba completamente verde y no daba señal alguna de haber sufrido por la sequía. En cambio, el maíz de los campos vecinos daba claras muestras de los típicos efectos de una sequía: desteñido, endeble, retardado en su crecimiento, con las hojas abarquilladas y plantas en estado moribundo. Entrenado para observar las cosas en detalle, lo otro que notó hizo que se le pararan los pelos:
El maíz de Joe estaba completamente libre de saltamontes, hasta el mismísimo borde del campo. Estos abundaban copiosamente en las zanjas a lo largo de la ruta y en todos los campos de maíz en derredor, pero ni uno en el 
maíz de Joe. Tan sorprendido estaba Wendell que recorrió los campos vecinos, caminó por la berma, y en pocos minutos estaba cubierto de saltamontes. Luego volvió al campo de Joe y para su sorpresa observó que los saltamontes llegaban hasta el borde y pegaban la vuelta otra vez hacia la zanja. Sencillamente se rehusaban a quedarse en el campo de Joe.
¿Qué es lo que hacía que los saltamontes huyeran en masa? Dos años antes Joe comenzó a examinar la tierra junto con International Ag Labs y trabajó con Wendell como asesor. Entre anuncios de sequía, la combinación de fertilizantes para el suelo y aplicaciones foliares, su campo comenzó a hacer grandes progresos.
De esta historia cabe destacar que el programa foliar no era lo único que requería su campo, sino que éste formaba parte de un exhaustivo programa cuyo objetivo final era el de incrementar la salud de la planta, y como resultado, una cosecha de mejor calidad y más abundante. Las aplicaciones foliares no son una panacea que soluciona todos los problemas. Al intentar explicar las características y beneficios de las aplicaciones foliares, he recurrido muchas veces a ciertas analogías tales como:
- Un cebador – Agua que se vierte dentro de una antigua bomba manual y que facilita la succión o bombeo del agua que se encuentra en el pozo. De igual forma las aplicaciones foliares ayudan a la planta a “bombear” los nutrientes del suelo.
- Una orden - Es lo que los padres le transmiten a su adolescente excesivamente relajado cuando le dicen: “Ponte a trabajar”. Los fertilizantes foliares recurren a lo mismo, ordenándole a la planta a ponerse manos a la obra y comenzar a producir.
- El baño de una torta - Jamás he comido una porción de torta que sea puro baño y poca torta, pero he comido tortas sin glaseado. Debo admitir que las tortas bañadas saben mucho mejor. Un buen programa de rociado foliar equivale al baño de una torta. Debe aplicarse sobre un sólido programa de nutrientes para el suelo.
- Un punto de apoyo - Los puntos de apoyo permiten que una persona pueda hacer palanca y levantar grandes pesos. Una pequeña cantidad de nutrientes solubles puede hacer palanca positiva sobre los nutrientes aplicados previamente al suelo. (Esto es muy notorio en el caso de los porotos verdes: la aplicación foliar administrada un día puede resultar en una profusa floración al día siguiente).
Otros beneficios de las aplicaciones foliares
La aplicación de nutrientes no solo beneficia a las plantas sino que también alimenta la biología del suelo e incrementa el capital en el “sistema de intercambios” que ocurre a nivel de la rizosfera. La rizosfera es una delgada capa de tierra, llena de vida, que rodea a las raíces. Este es el “mercado” en el que los “productores” y los “detoxificadores” se reúnen para hacer un intercambio. Los “productores”, en este caso las plantas, intercambian aminoácidos y carbohidratos en forma de exudaciones y mucigel, por minerales disueltos en el suelo. El mucigel es un componente polisacárido viscoso que recubre las raíces y ayuda a que penetren en el suelo. También es una gran fuente de comida y energía para las bacterias. Las bacterias del suelo necesitan energía (azúcares de la planta) para sobrevivir y “descomponer” los polvos de rocas de modo de liberar los nutrientes encapsulados y llevar a cabo el intercambio con las plantas.
Cuando se aplica debidamente la fertilización foliar, ésta incrementa los azúcares de la planta. Cierto porcentaje (los estudios sugieren de 25% a 30%) de dichos azúcares son utilizados para el alimento biológico del suelo. Debido a esto, un programa foliar adecuado resulta en una infusión extra de “capital” al “mercado” de la rizosfera. ¡Un asombroso sistema y un asombroso Creador!
Esto es lo que puede producir para ti un adecuado programa foliar correctamente aplicado posteriormente al programa de nutrientes para el suelo:
- Mayor producción
- Mejor sabor del producto
- Mayor duración de la integridad del producto
- Mayor peso de los granos
- Mejor desempeño del ganado
